jueves, 8 de junio de 2023

Bendita multa

No se me ocurrió hacer una foto de mi rueda, pero estaba más o menos así... o peor...

El martes un control de la Guardia Civil me paró en Foz y me puso una multa de 200 euros que se quedó en 100 con la rebaja de pronto pago. El motivo era tener las ruedas delanteras muy desgastadas. Como es natural, mientras el agente rellenaba la sanción busqué un taller cercano y fui inmediatamente a cambiarlas, y no porque me dijeran que si en 10 días no lo hacía se consideraba reincidencia, sino porque me asusté de verdad por el riesgo que había corrido de la forma mas estúpida.

Tanto hablar de responsabilidad, prudencia y demás y todos picamos en algo. En mi caso es el coche, del que sinceramente no comprendo ni su funcionamiento ni su mecánica. Me limito a echarle gasolina y, muy de vez en cuando, a mirar el nivel del aceite para que parezca que sé lo que hago, aunque no tengo ni la más remota idea, sólo me fijo en las marquitas de la varilla y si dan fuera del rango llamo al taller porque no me atrevo a hacer nada en un ingenio que me parece que roza la brujería.

Pero lo de las ruedas sí que me asustó bastante. El agente que me sancionó me enseñó de qué hablaba y me explicó amablemente el peligro que suponía. Supongo que se me notaba la cara de despiste, y me hizo saber que los reventones de as ruedas se daban normalmente por ese desgaste y que las mías estaban ya en la zona peligrosa, y de ahí la sanción. Lo que más me sorprendió es que me contó que es más peligroso que reviente una rueda trasera que una delantera, algo que no me esperaba porque la lógica parece decir lo contrario. La explicación es que el fallo de la delantera se puede controlar (más o menos) con la dirección y la otra no. En todo caso, espero no tener que saberlo nunca.Cuando les sancionen piensen en el motivo por el que se hace: evitar accidentes. Hay sitios donde parece que van "a cazar", eso no se lo discuto, pero en general prefiero dar el beneficio de la duda a quienes están ahí trabajando por nuestra seguridad, y ahora que viene el verano, más aún.

Lo normal sería enfadarme y esas cosas, pero realmente no se imaginan lo agradecido que estoy por esa multa. Dada mi nula comprensión de todo lo relacionado con el coche la alternativa habría sido seguir circulando con ellas hasta que tuviera un disgusto, y ahí sí que habría sido algo malo de verdad así que… ¡bendita multa!

miércoles, 7 de junio de 2023

El COVID no se ha ido... y seguramente ya nunca lo hará

Los números están ahí... 

Hace no tanto tiempo la pandemia de Covid paralizó el mundo y más allá de toda sospecha nos cambió la vida para siempre… o eso pensábamos. Tres años después de unas medidas extraordinarias hemos asumido con tanta tranquilidad “la nueva gripe” que en ocasiones olvidamos que todavía está ahí y que sigue causando daños. No tan espectaculares como antes, pero los hay.

Quizá sea normal llegar a este punto e integrar en nuestra rutina una nueva forma de enfermar de la que hace no tanto ni habíamos oído hablar. No podemos estar eternamente dándonos friegas de gel hidroalcohólico o con mascarillas por todas partes, y nuestra “nueva normalidad” incluye ahora el Covid.

Este fin de semana un familiar muy cercano ingresó en el hospital de Burela por Covid, con una fiebre muy alta y problemas respiratorios. Se nos vino encima lo que fue aquello y el hecho de que para ir a visitarlo tuvieras que ponerte bata, guantes, dos mascarillas y vigilar el reloj para estar el mínimo indispensable en la habitación me hizo vivir algo que, afortunadamente para mí, no tuve que pasar durante los días más duros de la pandemia. Nadie de mi familia pasó un Covid agresivo, aunque sí tengo amigos que estuvieron realmente mal aunque por suerte todos salieron adelante.

En el caso que tuvimos estos días hay cosas que llaman la atención. La pareja de la persona ingresada tuvo que insistir recurrentemente para que le hicieran la prueba del Covid. Hace no tanto tiempo bastaba que hablases por teléfono con un cuñado de alguien que había dado positivo para que te hicieran más pruebas que a Astérix, y ahora debe ser que las racionan porque es complicado conseguir que te la hagan. También es cierto que en las farmacias están disponibles sin problema, pero choca la diferencia de urgencia.

En fin, que así estamos. No les voy a decir que haya que estar alerta como en los peores tiempos de esta enfermedad. Ahora que estamos todos vacunados las cosas han cambiado y probablemente si no fuera por esa medida hoy estaríamos hablando de un desenlace mucho peor… pero sí que recuerden que esto no ha terminado y posiblemente no terminará.

Cuídense, y sobre todo cuiden de la gente mayor que tengan cerca.

viernes, 2 de junio de 2023

Se va el caballero de la política lucense

Joaquín García Díez en una intervención en el Congreso

Cuando en el año 2009 Joaquín García Díez dejó la política local, La Voz de Galicia tituló la noticia “Se va el caballero de la política lucense”, que he “robado” para este artículo. Ayer, Joaquín anunció que no se presentará como candidato a la reelección como Diputado Nacional en el Congreso, poniendo punto y final a su etapa en política activa como representante de los lucenses. Su acto es un gesto que le honra pero que a nadie que lo conozca le puede extrañar. Mientras otros en su situación, con una posible victoria a las puertas, andarían a cuchilladas para repetir en el Congreso, él da un elegante paso atrás para facilitar la renovación.

Tengo el honor de contar a Joaquín entre mis amigos, pero antes que eso ya lo respetaba y admiraba, como tantos vecinos de Lugo. Su etapa como Alcalde fue sin duda la más brillante de nuestra ciudad, y supuso un antes y un después que nos llevó a presumir de Lugo como jamás lo habíamos hecho. Nuestra ciudad comenzó a ser conocida y la campaña encabezada por Joaquín para que la Muralla fuera declarada Patrimonio de la Humanidad cristalizó a los pocos meses de dejar él mismo la alcaldía, un grave error cometido por el PP y que supuso que no volviesen a pisar el gobierno local desde el siglo pasado.

Trabajé con Joaquín directamente durante dos años y medio, desde 2007 a 2009, y tengo que decir que jamás había disfrutado tanto de una profesión. Estuve como asesor suyo en su etapa municipal en la oposición, y de aquella surgió nuestra amistad, cuando él vio que yo le decía lo que pensaba realmente, al margen de que le diera o no la razón, y yo vi que él apreciaba esa sinceridad y me daba una libertad de opinar que lamentablemente no es frecuente, y menos en política. Bien es cierto que en la mayoría de los asuntos coincidimos muchísimo, pero creo que nunca había tenido un jefe que no sólo recibiera opiniones ajenas con tanta normalidad, sino que fomentaba ese intercambio de ideas, algo que debería ser habitual.

Como diputado ha peleado con propios y ajenos para pedir reiteradamente la mejora de las comunicaciones de Lugo, fijándose especialmente en la marginación que sufrimos en cuanto a ferrocarriles, e incluso resultaba incómoda para los “gobiernos amigos” su insistencia en dotar a nuestra ciudad de una frecuencia de trenes razonable. Conociéndolo, probablemente sea la cuenta de su “debe” que más tiene presente, porque por muchas iniciativas que presentó no logró que fueran atendidas más que puntualmente (se pusieron frecuencias que pidió pero que nuevamente ya no existen), posiblemente por la falta de respaldo de los propios interesados, ya que, sorprendentemente, las instituciones locales no avalaron sus pretensiones, o al menos no como debieran.

Sin duda alguna es uno de los grandes protagonistas de la política lucense de las últimas décadas, y me atrevería a decir que es el último representante de una forma de entender lo público que está en desaparición: la de los debates argumentados, los razonamientos abiertos, el intercambio de pareceres e incluso el apoyo a los proyectos ajenos si considera que son buenos para Lugo. Y no sólo hablamos del momento de votar, sino en la gestión de las cosas y el día a día, que es mucho más importante.

Cometeríamos un error como ciudad si dejásemos a Joaquín marcharse a su casa sin más. Su experiencia, personalidad y talante son un activo importantísimo para Lugo y confío en que se cuente con él para algún tipo de órgano consultivo o de reflexión que sin duda alguna sería positivo para todos. No me pregunten cuál porque no tengo ninguno en mente y no sé si lo hay, pero si no existe, se crea.

Otra opción, adicional que no sustitutiva y para la que me pongo a su disposición como editor, es la de escribir unas memorias que, estoy seguro, serían interesantes e incluso divertidas, y que darían muchas claves para entender lo que ha pasado en Lugo en estas décadas de la mano de alguien que no sólo lo ha vivido, sino que lo ha protagonizado.

Como amigo, pero sobre todo como lucense, sólo puedo decir que echaré de menos en la vida pública a quien sin duda alguna se ha ganado el título que le dio La Voz de Galicia y que mencionaba al inicio del artículo: el caballero de la política lucense.

Necesitaríamos más “joaquines”.

jueves, 1 de junio de 2023

Pues no empezamos muy bien, que digamos

Empezar el mandato a puñetazos no parece lo más sano para un ambiente constructivo...

Para sentar las bases de un diálogo constructivo parece que lo primero que hay que hacer es no insultar al interlocutor. Suena a obvio, pero a la vista de la entrevista publicada por El Progreso a Lara Méndez, no es un concepto al alcance de todos. Nada que ver con la que hoy sale con Rubén Arroxo, que habla exclusivamente del futuro, de lo que quiere hacer y de los pactos a alcanzar. Ni una sola referencia agresiva.

Llamar malas personas a quienes no piensan como uno es algo difícil de encajar en una mentalidad democrática. Argumentar esa calificación sobre Elena Candia porque llevó a fiscalía unos documentos que le llegaron anónimamente y que contenían presuntos delitos es un poco absurdo, ya que si no lo hubiera hecho la delincuente sería ella por un tema de encubrimiento. En todo caso, no es la reacción sosegada, generosa y pausada que uno se esperaría de quien está llamada a ser alcaldesa de todos los lucenses, no sólo de los que le gustan.

¿Qué nos podemos esperar del próximo mandato? Pues a la vista de las primeras reacciones, más de lo mismo. Perder en todas y cada una de las mesas parece que no manda ningún mensaje a los partidos que gobernarán por los pelos, y se ve que la única cura de humildad que entienden es que los manden a su casa. Es curioso. Se conoce a la gente por su buen perder, pero más aún por su buen ganar… y más aún cuando esa  “victoria” es relativa (aunque para un político es absoluta porque sólo hay dos posibilidades, si bien alguien debería apuntarle a la alcaldesa que ha sacado menos de un 28% de los votos y Jácome, en Orense, más de un 33%...) y se está poniendo verde a quien ha recibido casi el doble de apoyos que quien lanza las críticas... y por extensión a sus muchos miles de votantes. No es muy razonable, no.

Quizás influya que no acabamos una campaña y ya estamos metidos en la siguiente, y el chip institucional no se ha activado porque toca volver a ponerse a cara de perro para enfrentarse en las urnas en un par de meses, pero eso suena a poca altura de miras.

Doy por sentado que quienes hemos tenido la osadía de apostar públicamente por Elena Candia sufriremos las consecuencias de lo que se está revelando en sus primeros días como un mandato revanchista (algo llamativo, porque llevan gobernando los mismos desde el siglo pasado), así que imagino la que me caerá a mí, que tuve la audacia de ir un paso más allá y denunciar la chocolatada ilegal que iban a hacer en la jornada de reflexión.

Si les soy sincero me preocupa más bien poco. Sólo me inquietan las consecuencias que pueda haber para Lugo Monumental, la asociación que tengo el honor de presidir, ya que cuando la ira y el rencor ciegan a alguien no distingue la persona de la entidad. De hecho, al día siguiente de las elecciones puse la presidencia a disposición de los socios por si consideraban que podría darse esa circunstancia y la reacción fue justo la contraria: unanimidad para que siga porque ellos sí ven claras las dos esferas de actuación.

Hoy es jueves, así que mañana termina la semana y mi intención es, a partir del lunes, dejar de dar vueltas al tema de las elecciones y recuperar la tónica habitual del blog: ser crítico, fundamentar las opiniones y mantener una línea argumental que creo lógica.

Así que, sí, aquí seguiremos.

miércoles, 31 de mayo de 2023

La lista más votada

Siempre que hay elecciones desde una u otra bandada se viene con el soniquete de “que gobierne la lista más votada”, lo cual es una opción perfectamente razonable… pero no la que contempla la legislación actual, que por cierto ambos partidos mayoritarios tuvieron oportunidad de cambiar y no lo hicieron. La cuestión es que ese modelo presenta complicaciones mucho más profundas de lo que pueda parecer a primera vista.

Vamos a suponer que se aplica ese principio y en Lugo gobernase quien ha ganado las elecciones, es decir, Elena Candia. Bien, nos ponemos en el día de la conformación de la corporación y se elige alcaldesa a la que encabeza la lista más votada… y a los cinco minutos los otros dos partidos presentan una moción de censura y la sustituyen por quien estimen oportuno.

Es que no se podría hacer esa moción de censura”, dirá el defensor del modelo “lista más votada”. Entonces, le responderé, ¿quién controla al alcalde? Si el Pleno, que es donde reside la representatividad de los vecinos, no tiene la capacidad de tumbar al gobierno, ¿para qué está ahí? ¿para debatir sobre el sexo de los ángeles? ¿Para aprobar los presupuestos y, si no lo hace, prorrogar eternamente los anteriores? No parece muy sostenible.

Por otro lado el propio PP propone pactos en el País Vasco para que no gobierne Bildu en ningún sitio, lo que supone una alteración de “la lista más votada”. ¿Cómo se explica esa bipolaridad? “Es una situación excepcional porque Bildu tiene terroristas”. Bueno, es un argumento, pero recuerden que para algunas personas esa excepcionalidad se aplica a los partidos que no comulgan con sus ideas y es difícil trazar la línea aunque ahora parezca sencillo. Si quieren anular a los terroristas, pueden cambiar la legislación para que no se puedan presentar, que sería totalmente lógico, pero una vez que les dejan entrar en el juego, pueden jugar.

Sin embargo, en mi opinión la ley necesita otra modificación, pero no es la que casi todo el mundo propone. Yo lo que no permitiría es el reparto de tartas post-electoral, porque no deja de ser un mercadeo cuya moneda de cambio son los votos de cada una de las formaciones. Se puede entender que es algo legítimo (bueno, de hecho es perfectamente legal) pero estamos hablando de modelos ideales, no de lo que dice la ley actual.

Las elecciones son una consulta a los ciudadanos, y como tales en ellas se les pregunta por su partido político y su programa electoral favorito para regir sus destinos. Todo lo que modifique esa propuesta al día siguiente de las elecciones es, en mi opinión, una distorsión y una interpretación torticera de la voluntad del votante.

La única forma moralmente razonable de respetar la voluntad del elector es, creo yo, que quien desee gobernar en coalición se presente con una candidatura y un programa electoral conjuntos el día de las elecciones, para que quien coge la papeleta sepa exactamente lo que está votando. Esto en Lugo afecta, como es evidente, a la coalición PSOE-BNG, pero también en otros lares a las que puedan alcanzar PP y VOX o cualquier otra combinación que se les ocurra. Aquí no hablamos de interés partidista sino de lo que es éticamente correcto.

Hoy nos desayunamos con la noticia de que el PSOE de Orense está planteándose el pacto con Democracia Ourensana para conseguir la Diputación. Tanto decir en campaña que Jácome es Satanás encarnado y ahora se van a la cama con él para lograr poder y puestos, lo mismito que hizo el PP hace cuatro años, si bien es cierto que de aquella no había los audios famosos en que el sorprendentemente votado alcalde de Orense se autoinculpa de presuntos delitos. ¿De verdad alguien piensa que los votantes el PSOE de Orense les apoyaron pensando en que harían eso? Yo quiero creer que no, que tienen más moral y más principios.

¿Cómo se equilibran ambos principios? Es decir, si no ponemos al frente a la lista más votada ni permitimos coaliciones post-electorales, ¿cómo se logra un gobierno que no sea el que más votos reúne? Pues sencillo: monocolor, pero con apoyos del Pleno. En el caso de Lugo, por ejemplo, habría dos opciones posibles, o dejar gobernar a la lista más votada o que gobernase uno de los otros partidos con el apoyo del tercero, pero sin que éste entrase en el gobierno.

Evidentemente en Lugo lo más seguro sería que el BNG se vería en la obligación de apoyar un gobierno de Lara Méndez sin entrar en él, y lo harían, pero sería totalmente distinto. No tendríamos dos facciones enfrentadas día sí y día también gobernando la ciudad, como ha pasado estos cuatro años, y como será previsible que pase en los próximos.

Ojalá me equivoque, vamos a dar un voto de confianza a la nueva etapa y esperemos que hayan aprendido de los errores a pesar de que los discursos por ahora son muy triunfalistas y bastante poco modestos…

Iremos viendo.

martes, 30 de mayo de 2023

Nuevo mandato... y otras elecciones

Toca pactar, pero se pactará, aunque un nuevo ambiente electoral no es el mejor de los escenarios para ello... pero hay demasiados intereses en juego.

No pasaron ni 24 horas desde las elecciones del domingo y volvemos a estar otra vez metidos en el barro de una nueva campaña. Precampaña técnicamente, pero campaña a fin de cuentas. Los ciudadanos de a pie no distinguimos una cosa de la otra, porque lo de que supriman la palabra “vota” no es suficiente para diferenciar ambas situaciones.

El Presidente del Gobierno ha dado un golpe de efecto adelantando la convocatoria de elecciones unos cuantos meses, aunque realmente no tenía muchas alternativas. Sabe que seguir atado a sus socios de Consejo de Ministros es una rémora de la que se tiene que deshacer, porque cada día que pasa con Podemos en los ministerios le quita votos… y sorprendentemente a ello también.

Hay partidos que están pensados para la oposición y no para el gobierno, porque se basan en ideas genéricas que, cuando llevan al BOE, se convierten en disparates. El ejemplo más obvio es el de la tristemente célebre ley del “sólo sí es sí”, cuyo efecto más notable ha sido la rebaja de las condenas de más de mil agresores sexuales, algo que por mucho que pretendan minimizar tiene un calado de tal calibre que no hay por dónde cogerlo.

Pero este blog es sobre Lugo, y por mucho que la noticia del día sea la convocatoria de elecciones generales, en nuestra ciudad hay una sensación de permanencia que choca con lo que ha ocurrido en otras partes de España. En Galicia sólo ha habido cambios relevantes en la diputación de Pontevedra, en la ciudad de Santiago, donde el BNG se puede hacer con la alcaldía, en Ferrol, que el PP recupera con mayoría absoluta, y con el caso digno de estudio de Orense. En el resto todo sigue más o menos igual hablando de grandes ciudades. Quizá por eso aquí la sensación provocada por la convocatoria de Sánchez es algo distinta al de otros territorios, en que se respiran vientos de cambio.

Hoy leo que Lara Méndez afirma que los resultados del domingo son un respaldo a sus políticas. Yo no me vendría tan arriba, la verdad. Es cierto que mantienen el gobierno, pero también que lo hacen por los pelos, que no han ganado en ninguna mesa electoral (ni una sola, que es mucho decir) y que si bien es verdad que han subido en votos (algo que yo no me esperaba ni de lejos) su partido es el que menos lo ha hecho de los tres con representación municipal. Respaldar un gobierno es lo que ha pasado en Vigo, por ejemplo, o incluso si me apuran lo de Orense, por mucho que nos cueste entenderlo. En Lugo se han salvado por el canto de un duro y si bien hay que dar mensajes positivos, el triunfalismo no creo que sea lo más adecuado.

En todo caso el resultado es el que es y los desafíos para los próximos cuatro años son tremendos, así que a ver cómo va la cosa. Los vencedores todavía tienen que repartirse el botín y dudo que el BNG acepte mantener el papel que ha soportado estos cuatro años, pero tampoco puede tensar demasiado la cuerda porque dependen unos de otros… pero también “otros de unos”.

La campaña nacional no va a ser el mejor de los ambientes para la negociación, pero hay demasiado en juego como para mandar a freír espárragos el asunto, así que si alguien tiene en mente que existe la posibilidad de que no pacten, que se vaya olvidando porque habrá pacto a toda costa.

Por mi parte, tal y como he hecho siempre cuando ha habido elecciones, toca “reiniciar”, y por mucho que el gobierno sea continuista, tomarse el nuevo mandato como lo que es, una oportunidad de que se hagan las cosas mejor. Seguiremos.

lunes, 29 de mayo de 2023

Un gran día para Lugo

La urna es el objeto más sagrado de una democracia y el que no lo entienda así... que se fastidie.

Hoy es un gran día para Lugo: hemos elegido a nuestros representantes y eso es bueno en sí mismo. No son los que yo hubiera querido ni por los que aposté, ya que en mi opinión la ciudad necesitaba un cambio, pero son los que las urnas han decidido y no hay más que hablar sobre eso. 

El único consuelo que nos queda a los que no hemos visto cristalizar el cambio que deseábamos es que se han quedado fuera los partidos más extremistas, pero es llamativo que tantos años después volvamos al modelo “bipartito alterado” de Galicia, es decir, al binomio PP vs PSOE+BNG, que es la tónica habitual de nuestra comunidad autónoma. También es curioso ver que si los votos de VOX fueran para el PP (los de Ciudadanos venían de varias fuentes pero los estos otros se puede afirmar que eran mayoritariamente populares) Candia sería alcaldesa… pero ya saben, si mi abuela tuviera ruedas sería un patinete. La política ficción no es más que ficción.

Veremos ahora cómo se conducen las negociaciones, qué pasará con el reparto de concejalías, las condiciones que se ponen unos a otros y otros a unos, pero en todo caso obviamente habrá acuerdo porque hay mucho poder y muchos sueldos en juego y no existe la posibilidad de que salte todo por los aires.

Me choca muchísimo que la subida del BNG, que crece casi 2.000 votos, no le suponga ningún beneficio en representantes. Estaba convencido de que de reeditarse el bipartito sería con un 7/6 como en 1.999, pero no, se mantiene el 8/5, quién lo iba a decir.

Es llamativo el caso de la Diputación, que ha estado en el alero y se ha decidido por menos votos de los que hay en alguna comunidad de vecinos. Pero es lo que hay, y eso va a pasar siempre porque sean cuales sean las reglas del juego siempre habrá un momento en que un único voto pueda ser decisivo. No es razonable ponerse ahora a decir si las normas son tal o cual o si es justo o injusto: los dos grandes partidos tuvieron ocasión de cambiarlas con sus respectivas mayorías absolutas en Congreso y Senado y no lo hicieron, así que será que las ven bien.

El futuro inmediato estará condicionado por muchas cosas, pero muchas de ellas ya están decididas. Habrá que ver si el mal rato que pasaron ayer los ahora vencedores les hará reflexionar sobre si están haciendo las cosas como deben, pero como el resultado les ha favorecido lo más probable es que sigan por el mismo camino.

De la noche electoral sólo me ha preocupado Lugo, para qué les voy a engañar, pero aún así ha habido una noticia que me ha dejado boquiabierto y que me ha distraído momentáneamente de mi casi único objeto de atención: lo ocurrido en Orense. Que la lista de Democracia Ourensana, un partido cuyo nombre es un sarcasmo, haya sido la más votada es para echarse a temblar y hace que uno se pregunte en qué está pensando la gente. Pero oigan, la democracia funciona así. Lo de que el voto que yo no comparto valga lo mismo que el mío es difícil de tragar, porque cada uno piensa que el otro está mal informado o que tiene oscuros intereses, pero eso no es más que no saber perder.

Los lucenses hemos acudido a las urnas, ha aumentado la participación y el resultado ha sido el que tenemos delante. Ojalá hayamos acertado colectivamente y ojalá el nuevo gobierno cambie algunas de sus actitudes y formas de hacerlas cosas… si bien es cierto que no les ha ido tan mal haciéndolo como lo han hecho así que tengo mis dudas.

La conclusión sólo puede ser una: “Lugo locuta, causa finita”.